Dentro del complejo mundo de seres serpentinos que se representaron en códices, cerámica, esculturas, relieves, tallas de madera o en diversos elementos arquitectónicos, las imágenes de serpientes de dos cabezas han llamado la atención de los especialistas dedicados al estudio de los animales mesoamericanos.
Este artículo presenta los trabajos de conservación-restauración realizados en tres de los cuatro asentamientos del corredor ecoarqueológico Paamul II: Garra de Jaguar, Ocho Balas y Las Manitas, aledaños al tramo 5 sur del Tren Maya. Se expone un panorama general de los procesos y criterios aplicados, los hallazgos registrados a partir de la intervención, así como la importancia de la colaboración interdisciplinaria.
La intensa vida ritual de la capital altiplánica no sólo se refleja en las complejas ceremonias plasmadas en el arte escultórico, sino también en las ricas ofrendas inhumadas en los principales edificios públicos. De uno de estos contextos procede un conjunto inusitado de animales marinos traídos desde las lejanas costas del Océano Pacífico. Las estrellas, junto con los corales, las almejas y los caracoles ocupan allí un lugar de privilegio.
Desde la década de 1940 se han efectuado variados estudios arqueológicos y etnohistóricos sobre los enormes valores culturales de la región, una de las más diversas en especies naturales y manifestaciones culturales originarias.
Si bien el pensamiento prehispánico en torno a la muerte es diverso, existen elementos comunes en las prácticas funerarias, como los ritos, que aseguraron el paso del difunto hacia el mundo espiritual, y los mitos, que permitieron la comunicación y veneración del muerto.
Se trata de uno de los cultivos cuya antigüedad se remonta a miles de años, y su uso tan prolongado sin duda tiene que ver con su peculiar sabor, un tanto ácido, y con su dilatado proceso de putrefacción. En su forma domesticada, el tomate es más antiguo que el jitomate, de hecho en Mesoamérica su uso estaba más difundido y era más común. El tomate es un fruto que acompaña al chile en la preparación de salsas y disminuye su cualidad picante.
La práctica de portar orejeras se remonta al Preclásico Temprano. Para ello era necesario perforar el lóbulo de la oreja, lo que al parecer se hacía durante la infancia. Según Sahagún, entre los mexicas esto ocurría durante una de las dos fiestas movibles que se realizaban cada cuatro y ocho años. Las orejeras se fabricaban en diversos materiales, con distintas formas y una variedad de diseños tal que es posible suponer que su objetivo último era señalar el estatus de su portador, así como su pertenencia a un grupo social determinado.
La producción de alimentos es un hecho cultural cuyas formas específicas son resultado de una suma de factores como lo que la tierra ofrece –en función del clima, el relieve, la hidrografía, el tipo de suelo–, el conocimiento acumulado sobre el ciclo de desarrollo de las plantas y las costumbres de los animales que se capturan, las técnicas para sembrar, recolectar, cazar o pescar, así como la eficiencia de los instrumentos disponibles para tales fines y para preparar los alimentos.