Huitzilopochtli fue el dios patrón de los aztecas, el pueblo que salió de Aztlan para fundar Tenochtitlan, momento a partir del cual, los aztecas abandonaron su antiguo apelativo para tomar el de tenochcas o mexicas-tenochcas, de acuerdo con su nuevo lugar de asentamiento.
María Castañeda de la Paz, Manuel Hermann, Patricia Ledesma
Las fuentes históricas tenochcas son discordantes en cuanto a la fecha de la fundación de Tenochtitlan, lo cual en muchas ocasiones tiene que ver con la yuxtaposición de documentos en una misma obra, que funden varias tradiciones. No obstante, en su mayoría concuerdan al decir que Tenochtitlan se fundó en el año 2 casa (ome calli).
Patricia Ledesma Bouchan y Manuel A. Hermann Lejarazu
La salida de Aztlan, el largo viaje que duró siglos y la épica fundacional que llevó al establecimiento de la ciudad de Tenochtitlan durante el primer cuarto del siglo xiv (ca. 1325), son parte neurálgica del gran relato que trasmitieron los mexicas a los pueblos que cayeron bajo su dominio.
La investigación arqueológica en el barrio tlatelolca de Tolquechiuca, motivada por la construcción de un edificio en la colonia Guerrero, Ciudad de México, revelo la existencia de una aldea lacustre de filiación teotihuacana fechada entre 450-650 d.C., que evidencia vínculos culturales y económicos con otros asentamientos en el área antes de la llegada mexica.
Una de las características de los tianguis es que se han conformado como sistemas concéntricos; algo así como nuestro sistema planetario, donde un gran lugar de comercio aglutina a varios mercados más pequeños que le son subsidiarios.
En 1991, al interior de la primera sala de la Cueva Cheve, en la Cañada de Cuicatlán, Oaxaca, se encontraron dos mosaicos de turquesa sobre tablas de madera, junto con entierros secundarios y otros materiales del Posclásico Tardío.
El hecho de haber muerto en una etapa de su preñez o en el momento de dar a luz, es decir, en lo que se consideraba como un combate contra fuerzas antagónicas, les confería un estatuto divino parecido al de los hombres que habían fallecido en la guerra o en sacrificio.
En las comunidades zapatistas los “promotores” de educación y salud revisten gran importancia para la vida colectiva, en general, y para el mantenimiento de la identidad zapatista y la continuación de la resistencia, en particular.
Para el valle de Anáhuac, tierra “al borde del agua”, resulta una paradoja la secular historia del desagüe de sus planicies y la desecación de sus cuerpos lacustres.
La historia prehispánica del territorio de la antigua Itztapalapan se encuentra ligada a los antiguos señoríos de Culhuacan y Mexicalcingo, de los linajes tolteca-chichimeca y mexica.
Incontenible, el cuerpo mesoamericano se desborda proyectándose a la naturaleza completa. Contenido, se imagina y vive como minúsculo cosmos, condenado a desaparecer y reaparecer en un ciclo interminable de renovaciones y reverberaciones
Loa pectorales en forma de triángulo invertido, muchos con complejas escenas mitológicas, constituyen expresiones inigualables de la destreza lograda en el México prehispánico en el trabajo de la concha.
Más allá de las nubes y los vientos, sobre las capas celestes que recorren el Sol, la Luna, Venus y las estrellas, hay un ámbito propio de los dioses. Es otro tiempo, otro espacio, ajeno al aquí y ahora de las criaturas