Los mamíferos fueron una fuente de inspiración privilegiada para los artífices de los murales prehispánicos.
En las fachadas de los edificios se ven, entre otros motivos, mascarones de Chaac, grecas, casas, columnas, celosías y seres humanos.
El ‘Sol roto’ es una forma de describir lo que aparentemente ocurre durante un eclipse.
La Conquista, desde el punto de vista indígena, y los himnos a los dioses eran temas considerados peligrosos.
Se desconoce el nombre original de la ciudad, pues a la llegada de los europeos estaba abandonada y sólo era una leyenda.
El Grupo XVI fue un área administrativa y residencial destinada a los jefes provinciales subordinados a Palenque.
La pintura mural es un espejo del universo de insignias, prendas, accesorios, etc., hechos con plumas y pieles.
Los pintores crearon un ixiptlah de la Luna con la envoltura de color que aplicaron.
La diosa del amor carnal también lo era del arte adivinatorio, de la medicina y de los médicos en general.
Citlalicue envió del cielo a 1 600 hijos, que llegaron a poblar una ciudad llamada Teotihuacan.
Diosa I o U’ Ixik Kab, ‘Señora de la Luna’ o ‘Mujer Lunar’ augura abundancia de alimento.
Dos importantes prendas prehispánicas que no llegaron a nuestros días.