Los alimentos mexicanos han dado la vuelta al mundo y se han afianzado en varias cocinas, y no sólo los alimentos mismos sino también las técnicas para obtenerlos y prepararlos.
Los campesinos vaticinaban el tiempo por los avisos ambientales; temblaban los pusilánimes al oír el canto del tecolote y las amas de casa creían descubrir lo distante en el crepitar del fuego.