El mole es el platillo mexicano por excelencia, mezcla de una notable cantidad de ingredientes, que le dan su color y sabor finales, y entre ellos predomina el chile.
En 1567, fray Pedro Lorenzo de la Nada, evangelizador de la selva lacandona, fundó un pueblo cerca de las ruinas y lo llamó Palenque, término que es una traducción de Otolum.