Entre 1600 a.C. y 900 d.C., en Tlaxcala se dieron desarrollos que incluyen la transición a la agricultura, la formalización de tradiciones religiosas, la urbanización, el auge y el colapso de estados, y la migración.
Los pueblos mesoamericanos utilizaron de manera extensiva las piedras duras de color verde para crear joyas y divisas que servían de marcadores sociales de estatus.
Tlaxcala fue en la época prehispánica una de las regiones más pobladas del continente americano: en su reducido territorio se ha registrado casi un millar de sitios arqueológicos.
El Popol Vuh es sin lugar a dudas el más importante de los textos mayas que se conservan. Se distingue no sólo por su extraordinario contenido histórico y mitológico, sino por sus cualidades literarias.