Mientras el origen de los instrumentos musicales tenía raíces mitológicas, el sonido de los instrumentos más sagrados se entendía como la voz de los dioses.
Las investigaciones arqueológicas han confirmado que Tula era uno de los centros urbanos más extensos de Mesoamérica, con cerca de 15 kilómetros cuadrados durante su apogeo, entre 900-1150 d.C.
Es probable que el personaje adulto sea un sacerdote y que las incisiones sobre su cuerpo sean referencias sagradas; en los hombros y las rodillas se distinguen rostros, posiblemente de divinidades.
Los orígenes de la música en Mesoamérica se pierden en la oscuridad de la historia. Sin embargo, es probable que con los primeros pobladores del continente llegaran las flautas de hueso.