Fue descubierta en el año 1933 por el arqueólogo José García Payón

El dios ocupa el centro de la estructura universal

Las señales y los tetzáhuitl.

La ambivalencia de los mexicas respecto del pulque.

En más de 1 100 lugares del Lago de Texcoco fueron localizados restos arqueológicos.

Los informantes indígenas de fray Bernardino de Sahagún comenzaron su relato sobre la Conquista enumerando ocho presagios.

Muchas veces se escuchaba a una mujer que iba llorando.

La mayoría de nahuas del siglo XVI estaban familiarizados con la idea de que habría signos portentosos y terribles.

Hernán Cortés supo sacar provecho de las concepciones indígenas, ya que los mexicas consideraban como un “espejo revelador” la brújula que traía.

Tetzáhuitl es “cosa escandalosa o espantosa, o cosa de agüero”.

La ebriedad en Tamoanchan: Cuextécatl, Tares Upeme y Tezcatlipoca

Es preciso situar los tetzáhuitl o presagios en el contexto mental de su época y reconocer que formaban parte de un corpus intelectual.

Entre los mexcia, la parturienta era vista como un guerrero que emprendía batallas.

En el pensamiento mesoamericano no había seres puros: todo lo existente era una mezcla de las esencias de lo masculino y lo femenino.

Fueron conocidos en lengua náhuatl bajo el nombre genérico de tecciztli (“caracoles grandes de mar”).