Dentro del complejo mundo de seres serpentinos que se representaron en códices, cerámica, esculturas, relieves, tallas de madera o en diversos elementos arquitectónicos, las imágenes de serpientes de dos cabezas han llamado la atención de los especialistas dedicados al estudio de los animales mesoamericanos.
Este artículo presenta los trabajos de conservación-restauración realizados en tres de los cuatro asentamientos del corredor ecoarqueológico Paamul II: Garra de Jaguar, Ocho Balas y Las Manitas, aledaños al tramo 5 sur del Tren Maya. Se expone un panorama general de los procesos y criterios aplicados, los hallazgos registrados a partir de la intervención, así como la importancia de la colaboración interdisciplinaria.
La intensa vida ritual de la capital altiplánica no sólo se refleja en las complejas ceremonias plasmadas en el arte escultórico, sino también en las ricas ofrendas inhumadas en los principales edificios públicos. De uno de estos contextos procede un conjunto inusitado de animales marinos traídos desde las lejanas costas del Océano Pacífico. Las estrellas, junto con los corales, las almejas y los caracoles ocupan allí un lugar de privilegio.
Todo el mundo debía despertarse temprano. Cada mañana al levantarse, las mujeres esparcían copal sobre el fuego a modo de ofrenda al Sol. Las mujeres empezaban sus labores domésticas y los hombres se preparaban para sus afanes cotidianos: en el campo, los talleres, la obra pública, etc. Normalmente llevaban consigo su itacate.
También identificados como uto-aztecas, uto-nahuas, yuto-nahuas o yutonahuas, son un amplio, diverso y extendido conjunto de pueblos y culturas que habitan desde el noroeste de Estados Unidos de América hasta la República de El Salvador, en Centroamérica. El número de grupos es grande y significativamente diferenciados. En México hay alrededor de 15 de estos grupos con sus respectivos idiomas.
En esta edición se encontrará el recuento de cada una de las lenguas indígenas de México. Se indica su ubicación en el esquema de clasificación lingüística, se incluyen mapas de las áreas en que se distribuyen, se muestra su número de hablantes y, muy importante, su vitalidad y su riesgo.
Se trata de un conglomerado de alrededor de 40 lenguas cuyos hablantes actualmente viven en la región central y oriental de Canadá y nororiental de Estados Unidos de América, abarcando la región conocida como la de los Grandes Lagos. Muy probablemente este era su hábitat cuando existía un solo grupo, los algonquinos, que hablaban una misma lengua. Estos algonquinos se fueron diversificando al paso del tiempo y debido entre otros factores a movimientos poblacionales dieron origen al menos a diez grandes grupos. A esta familia pertenece el kikapú.
En el Códice de San Salvador Tizayuca, se presentan dos aspectos fundamentales para la historia de Tizayuca: datos genealógicos o noticias sobre los fundadores del pueblo y sus sujetos.
Las cualidades de color amarillo y brillo metálico hicieron del oro un material valioso y único. Asimilado simbólicamente al Sol, fue componente de piezas usadas en la indumentaria y parafernalia de dignatarios, militares y sacerdotes mesoamericanos. Como tal, contribuía a establecer relaciones de poder.
Por más esfuerzos que hacen los arqueólogos para hacer ver que el desarrollo de las sociedades prehispánicas, como el de cualquier otra en cualquier época y en cualquier lugar, es producto esencialmente de dinámicas culturales propias, siempre han existido quienes elaboran ideas extravagantes que hacen de agentes externos los actores principales. El recuento de sinsentidos escapa al espacio disponible aquí, pero como botón de muestra quedan estos ejemplos de publicaciones que atribuyen a seres del espacio exterior cualquier logro obtenido por nuestras culturas prehispánicas.
Desde la llegada de los españoles a la isla de México, en 1519, hasta la derrota de los mexicas en Tlatelolco, el 13 de agosto de 1521, fueron muchos los nobles que murieron por diferentes circunstancias: enfermedades, guerras o matanzas orquestadas, como la de Pedro de Alvarado durante la fiesta de tóxcatl en el Templo Mayor. Gran parte de lo más selecto de la nobleza centro mexicana también fue eliminada poco después, como sucedió en la expedición a Guatemala y Honduras (1524-1526).