Aunque no se sabe qué tan grande fue el grupo que inicialmente en Teotihuacan, se cree que formó un barrio específico que abarcaba una docena de conjuntos habitacionales.
Cuando los primeros españoles tocaron tierras continentales en el Nuevo Mundo se sorprendieron de que sus habitantes supieran escribir y tuvieran libros hechos en “papel”.
La representación fue empleada especialmente para nombrar a uno de los portadores anuales en el calendario zapoteco y para identificar personas que nacían en los días llamados “relámpago” o “lluvia”.
En las zonas rurales era en el mercado donde las familias podían vender algunos de los alimentos que producían y comprar los bienes artesanales que necesitaban.
Gómez Chávez, Sergio, y Julie Gazzola, “Una posible cancha de juego de pelota en el área de la Ciudadela, Teotihuacan”, en Anales de Antropología, 49-1, iia, unam, 2015, pp. 113-133.
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Aramoni Burguete, María Elena, El mundo prehispánico de Guanajuato. Plazuelas: lugar de la serpiente de fuego, inah, México, 2014.