Los animales están presentes en la vida cotidiana y en la cosmovisión de los pueblos de Mesoamérica aparece en abundantes y variados testimonios de carácter arqueológico, plástico, iconográfico y literario.

La rebelión de Nuevo México expulsó a los españoles de la provincia durante trece años.

Uno de los protagonistas de estos eventos fue el k’uhul kaan ajaw Yuknoom Yich’aak K’ahk’ o Zarpazo de Fuego, conocido en la literatura arqueológica como Garra de Jaguar.

  El náhuatl es la lengua en la que se conserva la más copiosa literatura mesoamericana.

La historia de la restauración en México se vincula necesariamente con la conservación de los bienes culturales.

La justicia mesoamericana tuvo un planteamiento simple: a toda transgresión corresponde una sanción. Este principio básico tuvo efectos sociales y simbólicos profundos.

Tenochtitlan fue sintesis de obras hidráulicas, de ingeniería y arquitectura.

Los tarascos desarrollaron una visión muy detallada del mundo que estructuraba y regulaba el funcionamiento de la sociedad.

Gran parte de los sistemas kársticos de la península de Yucatán están aún sin explorar.

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