Durante la larga historia de Monte Albán, los artesanos del valle de Oaxaca destacaron por su inigualable habilidad alfarera, plasmada en lo que hoy llamamos vasijas efigie, las cuales están formadas por un recipiente con una figura humana o animal, glifos y expresiones de estilo zapoteca. También se conocen como urnas funerarias, aunque cabe aclarar que no suelen contener restos humanos incinerados, ni son exclusivamente objetos fúnebres.