En un predio de la colonia Tránsito, arqueólogos del INAH registraron una treintena de chinampas donde se asentaba Ateponazco, un sitio que perteneció al campan de Teopan.
La representación del ser humano cumplía esencialmente dos funciones: evocar eventos memorables y emitir para la sociedad y los individuos significados específicos.
Los soberanos mayas solían derramar sangre de sus manos durante los finales de periodo; el líquido era vertido y quemado sobre incensarios o cestas rituales.
El asentamiento olmeca de San Lorenzo, Veracruz, al igual que muchas capitales antiguas y actuales del mundo, dominó un punto estratégico, lo que le permitió controlar la comunicación y el transporte terrestre y acuático.