La estela se encontró en el río, sumergida a 1.5 m de profundidad, a unos 10 m de su margen derecha.

Testigo de la entrada en la historia de un pueblo, el tlaquimilolli o bulto sagrado contenía los símbolos de una deidad tutelar así como la memoria histórica del pueblo cuya identidad resguardaba.

Diego Rivera sobresale como el más prolífico y consistente creador del indigenismo plástico.

En las Cartas de relación, Hernán Cortés cuenta que Moctezuma tenía una casa donde había todo tipo de aves, que eran cuidadas por personas que “entendían de en curar las aves que adolecían”.

Las pirámides conformaban el centro fundamental de los pueblos mesoamericanos y eran receptáculo de los principales componentes de su cosmovisión.

Como la mayoría de los dioses mesoamericanos, Tláloc puede compartir atavíos y hasta “fusionarse” con otras deidades.

En este trabajo se resume la información sobre el uso tradicional del copal en las fiestas religiosas mesoamericanas desde la época prehispánica.

Toda existencia, todo momento, toda actividad supone numerosos escenarios no sólo complejos sino en constante transformación por el transcurrir de los días y las noches, las estaciones del año, los cataclismos y las emergencias de nuevas formas de vida, generando nuevos retos.

El sitio de Ceibal fue fundado por pobladores nómadas que construyeron edificios en una escala monumental y que se reunían regularmente para celebrar rituales y ampliar el centro ceremonial.

La nobleza indígena mandaba un mensaje subliminal a su pueblo mediante la elección de varios elementos de su identidad.

Desde una perspectiva comportamental, las culturas del pasado, como las actuales, no son otra cosa que expresiones múltiples y variadas del comportamiento humano.

El escudo nacional combina referencias simultáneas a la naturaleza y a la cultura características del Altiplano Central.