La ostensible presencia de las esculturas en la arquitectura nos revela el creciente aprecio que los habitantes de la ciudad de México tenían por ellas.
El robo de alrededor de 140 piezas del Museo Nacional de Antropología el 24 de diciembre de 1985 despertó en el ciudadano común una plena conciencia del valor del patrimonio arqueológico.
Las investigaciones en el valle Puebla-Tlaxcala se han centrado en la excavación y análisis de los restos arqueológicos en el centro ceremonial Xochitécatl.
Los combatientes de batallas rituales esconden su identidad individual bajo un casco, como en Dainzú, o bajo una máscara, como en Teotihuacan o Bilbao.