Seis meses de labores y la remoción de 38 m cúbicos de rellenos constructivos fueron necesarios para alcanzar el lugar donde se encontraba sepultada la ofrenda dedicatoria del monolito de Tlaltecuhtli.
El sitio es de gran importancia para la arqueología de Guerrero por su antigüedad, las características de su cultura material, su estilo arquitectónico.
Para tratar de dilucidar el asunto se menciona tanto la versión española (Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo) como la indígena (Chimalpahin y Fernando Alvarado Tezozómoc).