En las excavaciones del Proyecto Complejo Plaza de las Columnas en Teotihuacan se rescataron fragmentos de pintura mural, muchos de los cuales se destacan por poseer un estilo maya del Clásico.
Después de la conquista su cultivo fue proscrito y gracias a que algunos indígenas lo continuaron cultivando en zonas poco accesibles se conservó hasta nuestros días.
En un primer momento, Carlos V reconoció el derecho natural de los indígenas a su propiedad y a los señores en su señorío. No obstante, hubo una larga polémica en torno a los “justos títulos”.
“...Todo lo tenían escrito y pintado en libros... tenían escritas en estas pinturas sus leyes y ordenanzas sus padrones, todo con mucho orden y concierto de los cual había excelentísimos historiadores que con esta pinturas componían historias amplísimas de sus antepasados...”