En 1991, al interior de la primera sala de la Cueva Cheve, en la Cañada de Cuicatlán, Oaxaca, se encontraron dos mosaicos de turquesa sobre tablas de madera, junto con entierros secundarios y otros materiales del Posclásico Tardío.
El hecho de haber muerto en una etapa de su preñez o en el momento de dar a luz, es decir, en lo que se consideraba como un combate contra fuerzas antagónicas, les confería un estatuto divino parecido al de los hombres que habían fallecido en la guerra o en sacrificio.
En las comunidades zapatistas los “promotores” de educación y salud revisten gran importancia para la vida colectiva, en general, y para el mantenimiento de la identidad zapatista y la continuación de la resistencia, en particular.
Para el valle de Anáhuac, tierra “al borde del agua”, resulta una paradoja la secular historia del desagüe de sus planicies y la desecación de sus cuerpos lacustres.
La historia prehispánica del territorio de la antigua Itztapalapan se encuentra ligada a los antiguos señoríos de Culhuacan y Mexicalcingo, de los linajes tolteca-chichimeca y mexica.
Incontenible, el cuerpo mesoamericano se desborda proyectándose a la naturaleza completa. Contenido, se imagina y vive como minúsculo cosmos, condenado a desaparecer y reaparecer en un ciclo interminable de renovaciones y reverberaciones
Loa pectorales en forma de triángulo invertido, muchos con complejas escenas mitológicas, constituyen expresiones inigualables de la destreza lograda en el México prehispánico en el trabajo de la concha.
Más allá de las nubes y los vientos, sobre las capas celestes que recorren el Sol, la Luna, Venus y las estrellas, hay un ámbito propio de los dioses. Es otro tiempo, otro espacio, ajeno al aquí y ahora de las criaturas