Cuando se visita el museo de Santo Domingo en la ciudad de Oaxaca, una de las paradas obligadas del recorrido es la sala donde se encuentran las piezas de la Tumba 7 de Monte Albán.
Hace diez años, en la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, se llevó a cabo un descubrimiento de significativa importancia para el mundo maya y para la arqueología en general.
Aun cuando Enrique Juan Palacios, asienta que Cantona es mencionada en la Gazeta de Alzate de 1790, es de Henri de Saussure de quien contamos con un texto relacionado con este asentamiento prehispánico. Saussure visitó Cantona en 1855 y lo describió.
Aunque la mayoría de los objetos metálicos era de carácter suntuario y estaba asociada al poder político y religioso, también existían entre los antiguos michoacanos ejemplares de uso común.
Aunque en todas las sociedades antiguas el sacrificio humano había sido una práctica frecuente, cuando los españoles llegaron al Nuevo Mundo este acto les horrorizó, de ahí que fuera uno de los asuntos más abordados en los relatos sobre la Conquista.
Al igual que otras escrituras de la zona occidental de Mesoamérica en el Posclásico, también la escritura de los mexicas era propiamente una combinación de distintos procedimientos de notación, los cuales se complementaban recíprocamente.
Los grandes o señores mexicas portaban el penacho o quetzalapanecáyotl cuando estaban en batalla, pero llevaban la diadema triangular de turquesas (xiuhuitzolli) cuando ascendían al trono para gobernar e impartir justicia