Tiene las estructuras prehispánicas más voluminosas, construidas en torno a plazas de proporciones extraordinarias, y un área urbana que cubrió unas 5 300 ha.
Como los mexicas debían alejarse de donde vivían se favoreció el uso de productos capaces de conservarse durante largo tiempo y cuya preparación fuera sencilla.
La calabaza es una de las especies vegetales más representadas en el arte mesoamericano, seguramente porque además de sus atributos alimenticios se le otorgaban otros simbólicos.
En la salida de la avenida Insurgentes norte hacia Pachuca teníamos hasta hace algunos años la presencia de dos enormes esculturas conocidas como “Indios Verdes”.