Las extraordinarias ruinas de Mitla, Lyobaa en zapoteco, se encuentran a 40 km de la ciudad de Oaxaca.

Para lograr piezas de tanta maestría como una mandíbula de Cacaxtla tuvieron que pasar varios miles de años, en los que se perfeccionaron las técnicas de trabajo con huesos humanos.

Fuerte y ágil, con un agudo sentido del olfato y afiladas garras, se convirtió en parangón de las virtudes masculinas, identificado con cazadores y guerreros y, por analogía, con la guerra y el sacrificio.

Se trata de esculturas de barro que representan a deidades del panteón mesoamericano. Las piezas formaron parte de una ofrenda de clausura del Altar de los cráneos de la Zona Arqueológica de Tehuacán.

Se trata de esculturas de barro que representan a deidades del panteón mesoamericano. Las piezas formaron parte de una ofrenda de clausura del Altar de los cráneos de la Zona Arqueológica de Tehuacán.

Las autoras postulan la posibilidad de que en Xochicalco se originara la imagen de Quetzalcóatl humanizado en el Altiplano Central.

Los chamanes son aquellos especialistas que llevan a cabo prácticas religiosas y fungen como intermediarios entre el mundo natural y el sobrenatural.

Los objetos más frecuentes en la iconografía de Tula son las armas, entre las que destacan escudos, lanzas, dardos, lanzadardos o átlatl, armas curvas, cuchillos y una banda acolchada para cubrir el brazo.

El sahumador era conocido en la época prehispánica como tlémaitl, “manos de fuego”.

Asimismo, en la cercana Plaza de San Lucas se hallaron restos de animales, evidencia de un rastro que operó en la época de la Colonia.

La evidencia de rituales mortuorios preservada en los contextos funerarios de Mitla es un componente importante del registro arqueológico.

A la formación de la Triple Alianza, Huitzilopochco, hoy Churubusco, constituía uno de los nueve señoríos o altépetl culhuaques dependientes directos de Tenochtitlan.

El perro fue el animal que sustituyó al hombre en el sacrificio sangriento porque es el más cercano a los seres humanos, el más dócil, el más fiel y el que puede representarlos ante los dioses.

El tributo interno era el monto en bienes y servicios que pagaban las familias a los líderes locales o jefes de barrio.

En las zonas rurales era en el mercado donde las familias podían vender algunos de los alimentos que producían y comprar los bienes artesanales que necesitaban.