Este códice conserva el estilo tradicional prehispánico de delineado, y adopta características coloniales, como glosas en caracteres latinos en náhuatl y español.

La región de Tlapa-Tlachinola (en el hoy estado de Guerrero) tributaba láminas y arenas de oro cuatro veces al año a México-Tenochtitlan.

A partir de la llegada de los españoles a América se obligó a los indígenas a cambiar su indumentaria.

Don Luis de Santamaría Cipac, el último gobernador de Tenochtitlan.

De estas primeras monedas, son muy escasos los ejemplares.

Con la guerra e imposición del pago de tributo los mexica lograron expandirse y hacerse poderosos.  

Esrte establecimiento perteneció a la Orden de Predicadores.

El Sol viene al señorío indígena de Ixmiquilpan para recibir su ofrenda de corazones.

La larga peregrinación mexica duró poco más de 200 años.

Durante la limpieza del cráneo se observó evidencia de exposición al calor y cortes en diferentes lugares.

Es francamente inverosímil, e incluso acaso sacrílego, pretender que además de santos, del cielo caigan caballos.

Fueron conocidos en lengua náhuatl bajo el nombre genérico de tecciztli (“caracoles grandes de mar”).

La aparición de Tezcatlipoca anunció el fin de Tula y Tenochtitlan.

En la etapa prehispánica tardía, Totomixtlahuaca fue parte de la provincia de Tlapa o Tlauhpan.

Desde el principio de la colonización, la pluma ha contribuido a forjar la imagen del Nuevo Mundo y a identificarse como uno de los principales atributos del indio americano.