El pochó es una danza que coreográficamente simboliza la destrucción de un mundo anterior y la regeneración de un mundo nuevo.
A partir de la llegada de los españoles a América se obligó a los indígenas a cambiar su indumentaria.
El rojo se obtuvo a partir de materias primas minerales y vegetales.
Los dioses actúan siendo ellos mismos los componentes del cosmos, son los ordenadores del mundo y los rectores de la existencia humana.
Otontecuhtli Xócotl, “entre la fruta”, en náhuatl, es un ideograma que se refiere a un símbolo.
Coatlicue ve hacia adelante y hacia atrás; por lo tanto, lo conoce todo, lo sabe todo, el pasado y el futuro.
El cristianismo traído por los españoles a América había convertido la condena y el combate al politeísmo en justificación de la conquista.
El capítulo XI del libro XI del Códice Florentino está dedicado a la manera de “hacer todos los colores”.
El ecúmeno es la casa de las criaturas. No así el anecúmeno, que está vedado a la sustancia densa, perceptible y mundana.
El Luchador es, sin duda, una escultura legítima y una obra maestra de la cultura olmeca.
La Piedra de Tizoc, el Cuauhxicalli de Moctezuma Ilhuicamina y la Piedra del Sol inauguraron una tradición escultórica mexica.
La tela tejida podía usarse, tal cual, como taparrabo o enredo.