Los testimonios escritos por y sobre los mayas son múltiples, de índole muy variada, y pueden clasificarse en dos grandes grupos, de acuerdo con su origen.
Los gobernantes de San Lorenzo, por medio de rutas acuáticas y terrestres, difundieron todo un sistema de interacción social, económica y ritual como ningún otro grupo humano en Mesoamérica hasta entonces.
Por la época de su elaboración, su estilo, su tipo de escritura y sus formatos, los códices ahora llamados Techialoyan forman un grupo independiente del resto de las pictografías coloniales del centro de México.
Los animales que ahí se mantenían en cautiverio abarcaban una gran diversidad de especies, de las que los tenochcas obtenían tanto materiales suntuarios como ejemplares que servían como dones en los rituales que se celebraban en el recinto sagrado.
La incidencia de sismos fue representada mediante el ideograma ollin , que significa “movimiento” y que está constituido por dos tiras que se unen en el centro, en donde se halla un círculo.